La vida no acaricia, golpea fuerte y seguido. Han sido semanas de querer sentir bien, pero se sabe que falta algo adentro, no es un bache emocional que puede ser recarpeteado, no es algo que se pueda sustituir, es algo que se ganó su lugar y luego dejó su mismo lugar vacante con un pedazo de aire y espacio reservado para sí.
Así con ese boquete en el pecho andamos viviendo, esperando que cicatrice la herida por donde se cayó el corazón, que no se estanque la sangre como el agua puerca. si no que se limpie y purifique. que se curta y aguante la sal y el limón que le caen.
Extrañamos, recordamos, miramos hacia atrás con cada paso hacia adelante viendo cómo poco a poco los objetos, las personas se van haciendo más pequeñas cada vez.
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